Descentralización en Chile
No cabe duda que en los últimos 20 años se ha avanzado en descentralización del Estado, poniendo el foco en la última década en avanzar en autonomía política territorial, pero no se ha discutido de manera profunda sobre cuáles son los principales problemas que se podrían derivar de esta situación, si no se toman los resguardos necesarios para que en esta etapa se fortalezcan también las relaciones intergubernamentales, y la autonomía se transforme en un medio para formular e implementar mejores políticas públicas subnacionales. Nos ha costado tanto como país avanzar en esta dimensión del proceso, que estamos dando un paso sustantivo en descentralización del Estado.
Desde una perspectiva histórica, con la llegada de la democracia, el foco sobre la descentralización no se modificó sustantivamente. Como consecuencia, prosiguió la idea de consolidar “administraciones locales” y fortalecer un Estado liberador de funciones administrativas en organismos subnacionales.
A partir de la democratización de las municipalidades en 1992, tímidamente se comenzó a avanzar en la dimensión política del proceso de descentralización, pero ahora a nivel regional. Con la ley 19.175 se crearon los gobiernos regionales, posteriormente se democratizó la elección de consejeros regionales, y este año 2021 se cerró el proceso de democratización con la elección de gobernadores regionales.
Estamos frente a un momento histórico en materia de descentralización del Estado. A diferencia de esfuerzos anteriores, en estos cambios serán las nuevas autoridades políticas, junto a sus actores e instituciones territoriales, las que también puedan profundizar dicho proceso, y no depender exclusivamente de la voluntad de las élites políticas centralistas. Por cierto que este inicio requerirá administrar bien las transferencias iniciales, pero la legitimidad de profundizar dependerá en parte del ejercicio del cargo de gobernador regional y la legitimidad de esta nueva autoridad subnacional. Serán estos líderes los que irán configurando una élite y sociedad regional que se haga responsable de profundizar y no retroceder.